Los procesos creativos suelen ser
a veces algo caprichosos e imprevisibles, sobre todo si dispones de libertad para dejarte
llevar por donde te indique el propio acto de dibujar. Se sabe de dónde se parte, pero muchas veces se ignora dónde vas a desembocar. Así ha sido en este caso porque
no respondía a ningún encargo y he ido explorando ciertas ideas aunque se fueran
alejando de la excusa inicial.
El detonante
ha sido la lectura del libro
El motel del voyeur de
Gay Talese. Obviamente he partido de la idea de cerradura como
mirilla para espiar, pero también como imagen que encierra algo, en este caso
al propio voyeur que toma la forma de su propio deseo, convirtiéndose a su vez
en personaje observado por el espectador. Aunque también me atraía la idea de
llave que abre esa cerradura y desvela sus misterios. Son dos objetos que se
complementan y se oponen a la vez.
He ido jugando con todos esos elementos y con sus formas para desembocar finalmente en una versión personal de Rapunzel, que
aunque no tenía a nadie que la espiara por no tener cerradura su torre, sí
estaba encerrada.
Lo que finalmente no me ha desvelado esa llave es el misterio que encierra el propio acto creativo.
Para finalizar os dejo una cita del libro
que tranquilamente podría aplicarse también al oficio de dibujante o ilustrador:
"hay gente que observa
los pájaros, gente que observa las estrellas, y hay gente como yo que observa a
los demás"